VEINTE AÑOS DE INVESTIGACIÓN DE LA OBRA DE MIGUEL ÁNGEL

MIGUEL ÁNGEL, HOMBRE, PENSADOR Y ARTISTA - I

COSAS QUE NO SE SABEN SOBRE MIGUEL ÁNGEL.

PRIMERA PARTE



RETRATO DE MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI.



Tercer hijo de cinco varones, todos descendientes de Francesca di Neri y de Ludovico Buonarroti Simoni. Fue amamantado por una nutricia de leche, hija y esposa de canteros.
En un poema dice que en el parto le fue dada la belleza y que, por la leche mamada del seno de una mujer de canteros, la escultura fue el arte, a través del cual, expresaría la belleza.

De adolescente es tomado bajo la paternidad artística del señor de Florencia: Lorenzo El Magnífico, estadista, poeta, filósofo y mecenas.
En  la Academia de San Marcos y en el Palacio Médicis, vivió casi tres años, entre los más insignes filósofos de la época, poetas, antigüedades y huéspedes ilustres que enriquecían de placer intelectual y estético las mentes y los espíritus de los jóvenes más dotados,  que recibían una formación de privilegio.
Miguel Ángel tuvo como instructor de escultura a Bertoldo, discípulo de Donatello.
Fue uno de los períodos más felices en la vida de Miguel Ángel y de una formación de fecunda trascendencia.
Lorenzo De Médicis, lo trató como a un hijo más. Miguel Ángel comía en el comedor familiar, jugaba y se formaba en poesía y antigüedad clásica con el instructor de los hijos y sobrino del Mágnifico: Angelo Poliziano. Entre ellos, dos futuros papas: Juan y Julio.
Miguel Ángel se formó en filosofía neoplatónica junto a Marsilio Ficino y al pensador más insigne del Renacimiento Italiano: Giovanni Pico Della Mirandola, conocido en toda Europa.
El pensamiento filosófico neoplatónico, acompañaría el pensamiento creador de Miguel Ángel, por toda su vida.

Jóvenes de talento eran instruidos, educados y formados en las artes, filosofía y ciencias.
Uno de los ejercicios que se les asignaba a esos afortunados jóvenes, era  copiar las obras del los grandes artistas precedentes.
En una ocasión, Miguel Ángel junto a sus compañeros de estudio se encontraba copiando los frescos de Masaccio y Masolino da Panicale (precursores del Renacimiento), en la Capilla Brancacci, en la iglesia de Santa Maria del Carmine, en Florencia. Cuando uno de ellos,  Pietro Torrigiani, algo belicoso, comenzó a provocar al adolescente Miguel Ángel. El litigio culminó en un golpe fatal que le asestó Torrigiani a la nariz  de Miguel Ángel, rompiéndole el tabique, tras lo cual huyó  para desaparecer, pues temía la reacción de Lorenzo el Magnífico.
Miguel Ángel que tanto amaba la belleza, quedó con la nariz “aplastada”, para el resto de su vida.

Miguel Ángel, era de contextura fuerte, bajo de estatura, delgado, de músculos trabajados a fuerza de los golpes del martillo y el cincel, sobre el mármol. De pelo ensortijado, barba y con la nariz torcida.
Casi siempre tenía tiznado el rostro, cabellos y vestidos del polvillo blanco del mármol, por la acción de esculpir.

En abril de 1492, muere Lorenzo el Magnífico, y Miguel Ángel, vuelve a su casa paterna de su familia biológica, desamparado en su avidez de conocimiento.
Las lecturas maestras de Miguel Ángel fueron Las Sagradas Escrituras, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, su amado e  influyente maestro. Especialmente “El Paraíso”.

Miguel Ángel conocía de memoria “La Divina Comedia”.
La filosofía neoplatónica acompañará el pensamiento creador de Miguel Ángel,  a través de la centralidad temática de la Madre y el Hijo, de “Las Piedades” y “La Virgen y el Niño Jesús” que se manifestará en una cosmovisión cristológica ascensional salvífica, concretada en el fresco  “El Juicio Final”, en el diseño del pavimento de la plaza del Capitolio, en Roma. Para culminar en “La Cúpula de San Pedro”.

Aproximadamente en 1494, en Florencia, el prior del convento de “Santo Spirito”, le permite  a Miguel Ángel, por las noches, entrar a la morgue, encontrando en determinado lugar convenido, por el secreto cómplice de ambos, la llave que abría las puertas del lúgubre ámbito: Miguel Ángel ingresaba por las noches y se retiraba antes del amanecer, para realizar la disección de cadáveres, actividad prohibida, en la época. Lo que le permitió conocer  el hombre por dentro,  poder dibujar, esculpir y pintar con precisión las figuras humanas de sus obras.
El prestigioso médico Realdo Colombo, que asistió, al ya mayor, Miguel Ángel, reconoció en su paciente a un verdadero anatomista.
Esta actividad, le permitió conocer el interior del hombre, el microcosmos, espejo del movimiento del macrocosmos, del Universo.

Miguel Ángel era por naturaleza, ávido de conocimiento. En los “Diálogos”, de Donato Giannotti, afirma sus conocimientos sobre La Esfera, símbolo de la ciencia de la astrología que estudiaba el movimiento de los astros celestes, dando muestras de un gran conocimiento sobre el tema y continuando diciendo, que era bien sabido, que en Florencia, no había persona conocedora de literatura, arte o ciencia, que él no se le acercara para abrevar de esa riqueza del saber.

Entre 1498 y 1499, Miguel Ángel esculpe la más sublime obra de arte de todos los tiempos, “La Piedad de la Basílica de San Pedro”, expresión de la belleza de la perfecta forma clásica. A partir de esta obra es llamado con el epíteto de “El Divino”, y es conocido en toda Europa.
Miguel Ángel vivió el éxtasis, durante la creación de “La Piedad de San Pedro” e inicia el largo proceso hacia su conversión: su “Itinerarium in Deum” (su camino hacia Dios), como su amado maestro, Dante Alighieri, en “La Divina Comedia”.

Al año siguiente, en la Roma del jubileo del 1500, toma clases de astronomía y matemática, con un joven diácono polaco, Nicolás Copérnico.
Las investigaciones de Copérnico, a lo largo de los años, llegarían al Vaticano, y por ende a Miguel Ángel, quien en el fresco “El Juicio Final”, aplica su cosmovisión del pensamiento cristológico heliocéntrico, que finaliza en el año 1541, anterior a la obra de Copérnico que fue publicada en 1543.

En el 1501, regresa a Florencia e inicia un período de titánica creación prolífica. Entre las más recurrentes: “La Virgen, el Niño Jesús y el Niño Juan”, que será el Bautista. Aparece un signo: un libro: “El Nuevo Testamento”. Las obras son relieves y dentro de la forma redonda.
Miguel Ángel reflexiona a través de estas obras, en la coexistencia, entre el Niño Jesús, antes de cumplir su misión y el libro, que testimonia su misión de redención, perdón, resurrección y salvación, ya cumplida.
El filósofo, de este modo alcanza la Síntesis: SUMMA, TODO ES PRESENTE ante Dios, no existe el tiempo ni el lugar.

En las montañas Apuanas de Carrara, mientras elige los mármoles para el mausoleo del papa Julio II, que después no se realizaría, cerca de su amado cielo, se dedica a la lectura y al  estudio de los poetas de la lengua del “volgare”, es decir el lenguaje que hablaba el pueblo. Leía, entonces a Dante y a Petrarca.
Desciende de las montañas, con un nuevo arte, que expresaría su pensamiento creador de cosmología cristológica salvífica: la poesía.
Nace el Miguel Ángel poeta.

Córdoba, Argentina, 18 de Agosto de 2017.
                                                                                                                                  Cristina Castricone




Si les gustó este artículo, les recuerdo  que es el fruto de veinte años de investigación, volcados en mi libro "MIGUEL ÁNGEL. ESCULTOR DE SU SALVACIÓN", que está esperando un editor.



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